Materiales de construcción que pueden afectar la salud

Cada día hay más gente preocupada por la salud integral, ya no solo en el sentido de no estar enfermo, sino en mejorar la buena salud. Si a esto le añadimos que los habitantes de las ciudades pasan hasta un 90% de su tiempo dentro de un edificio, es lógico preocuparse por cómo puede un edificio afectar a la salud. Dentro de los materiales utilizados en construcción que pueden afectar negativamente la salud de las personas se encuentra, como el más conocido: el amianto; pero hay otros como la creosota o el plomo que también son perjudiciales.

AMIANTO
El amianto, también conocido como asbesto, al desmenuzarse adquiere una forma fibrosa que puede dañar nuestra salud de dos maneras: en contacto con la piel pueden producirse incrustaciones en la epidermis que pueden ocasionar verrugas cutáneas, pero sin duda el perjuicio más grave se produce al inhalar las fibras, ya que puede provocar asbestosis o diferentes tipos de cáncer. Existen varios tipos de productos que utilizan amianto, los más habituales son las placas onduladas para hacer techos, depósitos de agua, tuberías, etc. Desde el año 2001 se prohibió en España la comercialización de productos con amianto, pero están presentes en multitud de edificios construidos antes de esa fecha. La unión europea ha fijado el año 2028 para que sean eliminados todos estos materiales con amianto de los edificios.

CREOSOTA
La creosota es un material con el que se protegían maderas expuestas a la intemperie de bacterias y hongos. Algunos de los compuestos que se utilizaban no se degradan fácilmente y pueden ocasionar problemas en la piel en caso de contacto prolongado. Un ejemplo clásico de su uso era en las travesías de tren. Eso sí, está prohibido en España su uso desde el año 2003. Uno de sus problema principales es que es peligroso quemar las maderas tratadas con este material ya que el humo es muy contaminante para el medio ambiente y peligroso para la salud.

PLOMO
El plomo se utilizó en la década de los 70 en las tuberías de conducción de agua y, al ser utilizada el agua para consumo humano, provoca que el plomo acabe en nuestro organismo pudiendo provocar problemas neurológicos. Poco a poco se fueron sustituyendo las tuberías de plomo, por lo que actualmente son difíciles de encontrar, aunque también hay que tener cuidado con las tuberías de cobre que pueden estar soldadas con plomo.

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